
Origen
El origen del gato himalayo se encuentra entre el cruce del gato siamés y el gato persa. Este cruce se dio en Inglaterra en los años 20, siendo este cruce una idea de la criadora Virginia Cobb. El objetivo inicial fue el mismo resultado: un gato con el pelaje de la raza de gato persa y los ojos azules de los gatos siameses. Aunque por lo general se considera una raza independiente y nueva, en muchos otros casos también es considerada simplemente como una variante del gato persa.
Carácter
Su carácter parece ser heredado del gato siamés, curiosamente diferenciado con su otro origen, el gato persa. El gato siamés aporta a esta nueva raza un carácter alegre y cómodo, un gato muy simpático que disfruta de la compañía humana y prefiere los ambientes tranquilos y relajados, siendo además especialmente cariñoso y mimoso.
Disfrutan mucho de entretenerse con juguetes para gatos, como arboles rascadores o pequeñas pelotas que puedan arañar y con las que puedan jugar. Suele preferir por lo general que la gente con la que convive sea silenciosa.
Salud
El gato himalayo requiere de un cuidado especial con su cabello, y debe ser peinado idealmente a diario, dado que es un pelaje muy denso y puede enredarse con facilidad generando nudos. Debe ser bañado con relativa frecuencia. Debido a que tiene el pelo especialmente largo, es muy fácil que se le queden pegados residuos en sus patitas y en su carita.
Es un gato que suele sufrir bastantes enfermedades, entre ellas el sobrepeso, y también algunos problemas respiratorios debido a que su cara tiene una forma plana y como otros gatos, el hecho de tener la nariz se vea mas achatada, puede hacer que le cueste respirar.